martes, 28 de febrero de 2017

Riesgos de inyectarse uno mismo

Los riesgos de inyectarse uno mismo en ocasiones es malo para la salud si no se sabe aplicar bien, ya que puede traer varias consecuencias que impliquen un estado anormal en el cuerpo. 
Conocer cómo aplicar una inyección correctamente es fundamental en todo hogar para evitar consecuencias de una inyección mal aplicada. ¿En qué parte del cuerpo se aplican? ¿Qué jeringas debes usar? ¿Por qué unas inyecciones duelen más que otras? Sigue leyendo y ¡no temas a la aguja!  
                                                                                                                                       

Prepárate para colocar una inyección:


Antes que nada, toma nota de las instrucciones que prescribió el médico, así como las del medicamento. Posteriormente, ten en cuenta que necesitarás alcohol etílico al 70%, algodón (seco o impregnado con alcohol), guantes y jeringas.
Para empezar, tendrás que conocer las partes de una jeringa:
  • Aguja: las agujas para inyectar son diferentes para cada tipo de inyección y medicamento, así como para adultos y niños.
  • Cuerpo: contiene el medicamento y tiene marcas en centímetro cúbicos o mililitros.
  • Émbolo: se utiliza para para introducir y sacar el medicamento de la jeringa.
Hay dos tipos comunes de inyecciones que pueden aplicarse en casa:
  • Inyecciones intramusculares: se inyecta una sustancia en el músculo para obtener una acción rápida o porque no existen para administrarse por vía oral. Su uso es común para administrar vacunas, hormonas y antibióticos.
  • Inyecciones subcutáneas: se inyecta una sustancia en el tejido adiposo que se encuentra debajo de la piel para una acción lenta. Se utilizan para aplicar inyecciones de insulina en pacientes diabéticos y de heparina para prevenir la formación de coágulos en sangre.
Asimismo, existen las inyecciones intradérmicas que se aplican dentro de la dermis y se utilizan en pruebas de piel para alergias. Por su parte, las inyecciones intravenosas que se aplican dentro de un vaso venoso. Es común que estas se administren por profesionales de la salud, pues son los expertos en detectar dichos vasos venosos (las emplean, por ejemplo, para extraer muestras de sangre).

¿Cómo aplicar una inyección?

Antes de aplicar una inyección, conoce qué tipo de medicamento vas a administrar, si no lo sabes consúltalo con tu médico. Asegúrate de que la jeringa y aguja estén esterilizadas, sean nuevas e indicadas para el tipo de inyección. Una vez que lo hayas hecho sigue los siguientes pasos para aplicar una inyección:
  1. Lávate las manos adecuadamente con agua tibia y jabón, esto ayudará a prevenir infecciones. También puedes ponerte guantes estériles.
  2. Coloca el medicamento en la jeringa. Algunos medicamentos vienen listos para usar, mientras que otros necesitan que llenes la jeringa con el fármaco de una ampolleta. En este caso, carga en la jeringa el disolvente para introducirlo en el recipiente que contiene el fármaco para después mezclar. Posteriormente, inclina la ampolleta mientras vas aspirando el medicamento. Una vez cargado, sostén la jeringa hacia arriba y golpéala con un dedo para que asciendan las burbujas. Tira del émbolo para después empujarlo y expulsar el aire que quedó dentro. Por último, cambia la aguja con la que inyectarás. En el caso de medicamentos con frascos, esteriliza la punta de la ampolleta con alcohol y lee las instrucciones para conocer la cantidad de fluido necesario. Jala el émbolo para llenar la jeringa con la misma cantidad de aire que del fluido que se usará. Sosteniendo la ampolleta volteada, inserta la aguja en esta y empuja el émbolo para inyectar todo el aire de la jeringa en la ampolleta. Posteriormente, jala el émbolo para sacar el fluido.
  3. Determina el lugar de la inyección con base en las instrucciones de tu médico, deberá ser un área carnosa. Limpia la piel de la zona con alcohol y deja que se seque bien antes de aplicar la inyección.
  4. Introduce la aguja rápida, pero cuidadosamente en un ángulo de 90° para inyecciones intramusculares. Hacerlo rápidamente (sin preámbulos o cuentas atrás) antes de que el paciente tenga tiempo para tensar los músculos de la zona te garantizará que sea más fácil. Para inyecciones subcutáneas deberás agarrar aproximadamente 2.5 cm de piel entre tus dedos pulgar e índice para inyectar en la grasa subcutánea en un ángulo de 90 o 45°.
  5. Jala el émbolo un poco para determinar si hay sangre en la jeringa. Si se presenta retira suavemente la aguja y busca un lugar diferente para poner la inyección. De no ser así, continúa con la aplicación.
  6. Inyecta el medicamento con cuidado al empujar el émbolo hasta que todo el fluido haya sido liberado.
  7. Retira la aguja. Para inyecciones intramusculares retira la aguja en el mismo ángulo en que fue inyectada y cubre el sitio con un algodón. Para subcutáneas empuja la piel sobre el punto de inyección y retira la aguja en el mismo ángulo en que la introdujiste.

Consecuencias de una inyección mal aplicada

No tomes con ligereza este proceso, los errores al poner una inyección pueden acarrear consecuencias serias para la salud del inyectado, como:
  • Absceso o infecciones debido a la falta de higiene durante la administración.
  • Moretones en un vaso sanguíneo, una de las complicaciones de una inyección más comunes.
  • Lesión del nervio ciático ubicado en los glúteos, lo que produce dolor y puede llegar a generar dolor, adormecimiento y debilidad muscular o parálisis en la pierna.
  • Lesión del nervio radial que se ubica en la parte superior del brazo, esto produce dolor y posible parálisis del brazo.
  • Enfisema, cuando una burbuja de aire es introducida en los tejidos.

¿Dónde se pueden aplicar inyecciones?

Cada persona tiene un lugar en el que recibe mejor la inyección. Por ejemplo, hasta los 2 años de edad, el muslo es el más indicado, mientras que a partir de los 3 años o más, tanto el muslo como el brazo son opciones viables. Asimismo, las zonas en que se puede aplicar una inyección dependen del tipo de inyección y medicamento:
Inyecciones intramusculares
  • Inyecciones en el muslo: para inyecciones de hasta 5 ml divide tu muslo en tres partes iguales, aplícala en la zona a la mitad de la rodilla y la cadera hacia el lado exterior. Es un buen sitio para inyectarte por tu cuenta porque es fácil de ver y también para inyectar a menores de 3 años.
  • Inyecciones en la cadera: se utiliza en inyecciones de hasta 4 ml y el enfermo puede estar acostado sobre uno de sus lados, espalda o abdomen. Usa el hueso de la cadera en el lado externo como referencia, coloca la palma de tu mano contraria sobre éste (izquierda sobre el lado derecho del muslo o derecha sobre el izquierdo) y con tus dedos apuntando hacia el techo forma una "V" con tu dedo anular y medio. El sitio de la inyección es en el centro de la "V", entre los nudillos de tus dedos. La cadera es un buen lugar para una inyección tanto para los adultos como para los niños mayores de 7 meses.
  • Inyecciones en los brazos: toca el hueso de la parte de arriba del brazo. En la parte inferior de este forma la base de un triángulo que tenga una punta que llegue al nivel de la axila, la zona indicada para inyectar es en el centro de esta figura, es decir, 2.5 a 5.1 cm debajo del hueso. No debe elegirse para personas muy delgadas o con músculos pequeños.
  • Inyecciones en los glúteos: toma un algodón con alcohol y dibuja una línea desde la parte alta de la hendidura entre los glúteos hasta el lado del cuerpo. Encuentra la mitad de esa línea sube cerca de 7.6 cm para dibujar otra línea hacia abajo que cruce la primera y que termine en la mitad del glúteo. Debes haber trazado una cruz, en el cuadro superior externo sentirás un hueso curvado, la inyección se aplicará por debajo de éste. No uses este lugar para bebés menores de 3 años de edad. Cabe destacar que existe un riesgo de dañar el nervio ciático.
Inyecciones subcutáneas
  • Inyecciones en el muslo: pueden aplicarse en la zona entre la rodilla y la cadera, hacia el lado exterior del muslo, por lo menos 7.5 cm por debajo de la cadera y 7.5 cm por encima de la rodilla.
  • Inyecciones en los brazos: pide al enfermo que se levante con su mano en la cadera. Colócate a un costado y ligeramente detrás del enfermo y localiza el área entre el codo y el hombro, por lo menos 7.5 cm por debajo del hombro y 7.5 cm por encima del codo.
  • Inyecciones en la parte inferior de la espalda: imagina una línea que corra a través de la espalda ligeramente por encima de la grieta de los glúteos. Aplica la inyección por debajo de la cintura y por encima de esta línea, así como entre la columna y el costado de la espalda.
  • Inyecciones en el abdomen: puedes aplicar la inyección debajo de las costillas, por encima del hueso de la cadera y por lo menos a 5 cm al costado del ombligo.
 No olvides cambiar de sitios, si el enfermo recibió una inyección en un área de forma reciente entonces inyecta otra parte del cuerpo. Esto ayuda a prevenir cicatrices o cambios en la piel. Asimismo, recuerda que los profesionales de la salud son los más indicados para aplicar una inyección cuando no se trate de una emergencia y pueden enseñarte la forma correcta de inyectar.